Con estos tres cactus me estrené en el mundo de los amigurumis hechos con restos de lana hará cerca de un año. El resultado entonces me animó a seguir con estas otras tres tortugas cuya diferencia de tamaño se debe tanto al grosor del hilo, en el caso de la pequeña del 8 y en las grandes del 5, como al propio patrón que responde a dos modelos diferentes. Es increíble la cantidad de variantes que podemos encontrar en los patrones de cualquier animal o personaje. Una muestra mas de la imaginativa humana, que es sorprendente en su capacidad para mutar y permutar hasta el infinito nuestras representaciones de la realidad. Para las tortugas utilicé un hilo de algodón egipcio que venden en las tiendas chinas a muy buen precio. Es el que utilizaba al principio, pero lo he ido abandonando por otras opciones que me parecen dan mejores resultados a medida que en estas tiendas, en las que suelo surtirme habitualmente por la relación calidad-precio, han ido incrementando los surtidos que ofrecen de hilos para tejer.
En estas primeras creaciones cometía algunos errores que he ido puliendo. Uno de ellos, claramente apreciable en las tortugas se refiere al relleno, que por aquel entonces no tenía muy dominado. Están demasiado blanditas. Ahora sigo el consejo que leí en uno de los blogs de las expertas con las que me asesoro y aprendo: "si crees que ya has terminado de rellenar, ponle un poquito más". No obstante, acabo de leer este otro consejo en Gallimelmas: "masajear el relleno" para que se amolde a la forma que estamos creando.
Si quieres leer el post completo con los consejos de Gallimelmas para rellenar amigurumis pincha en este enlace: https://www.gallimelmas.com/2018/02/5-tips-para-rellenar-tus-amigurumis.html
Como estas primeras creaciones eran de prueba no les he puesto nombre. Pobrecillas, ¿debería?
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